sábado, 3 de abril de 2010

Familia y Alpujarra

Recibimos estos días en casa la visita de unos familiares de Madrid, que aprovechando la corta estancia en Granada, y a parte del motivo real de su visita, quisieron ver algo más que las cuatro paredes de casa.
Una de las cosas que quisieron visitar fue Trévelez, un pueblo de la alpujarra granadina, que está aproximadamente donde "Dios no quiso ir"...Tardamos así como una hora y media en llegar, atravesando unos parajes preciosos y llenos de encanto, pero llenos de curvas, que a mí no me sientan nada bien. A la llegada, el pueblo me sorprende, como siempre que visito algún pueblo cercano al campo, la paz, la tranquilidad, el aire puro...siento algo especial, pero he de decir que no cambiaría mi vida en la ciudad, estoy demasiado acostumbrada a la vida tumultuosa de las grandes urbes. Después de unas cuantas compras (mermelada de tres sabores-fresa,melocotón,mora-, chocolate, un boomerang recuerdo del pueblo y una mini-plancha antigua) y unas cuantas fotos, nos sentamos a tomar algo: jamón, queso y unos refrescos.
Y vuelta a las compras, 5 jamones que van a esta hora camino de Madrid...
3 horas de visita y vuelta a Granada, a comer, descansar y volver a pasear por la ciudad, que está en plena efervescencia religiosa con la celebración de la semana santa.
Para lo poco que yo suelo salir, me ha resultado corto pero intenso y muy agradable, ya que he disfrutado de la compañía de familiares que no acostumbro a ver. Además, siempre la presencia de un niño, me llena de energía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario